En el día de hoy se dio a conocer la fusión entre dos de las
corporaciones químicas más grandes: Bayer (Alemania) y Monsanto (EEUU).
Greenpeace advierte que esto significa más poder para que el sector
agroquímico controle el sistema alimentario y contamine con impunidad.
“Más concentración del poder corporativo sobre el sector
agrícola es una mala noticia, tanto para agricultores como para
consumidores. En el campo habrá menos diversidad de cultivos y los
agricultores dependerán de un puñado de empresas. En la ciudad, las
familias tendrán menos opciones para elegir sus alimentos”, dijo Franco Segesso, coordinador de la Campaña de Agricultura y Alimentos de Greenpeace.
Juntas, Bayer y Monsanto se convierten en la corporación de agrotóxicos y semillas más poderosa del planeta: controlarán el 29% del mercado global de semillas y el 24% del de agrotóxicos (1). La multinacional alemana difundió que pagará 66.000 millones de dólares por la adquisición de Monsanto (2).
En América del Sur, este acuerdo puede reforzar el poder de
lobby para que avancen las leyes de patentamiento de semillas que
permiten a empresas como estas controlar desde la producción agrícola
hasta la comida de un país.
Greeenpeace exige a los Gobiernos que dejen de promover la
agricultura industrial de cultivos transgénicos y agrotóxicos, para
fomentar sistemas de producción agroecológica, que respetan y potencian
los servicios ecosistémicos, e invierten en tecnología que revaloriza
los saberes tradicionales y la cultura local a favor de la soberanía
alimentaria.
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