sábado, 12 de abril de 2014

Córdoba: 200 familias contaminadas por destilería de bioetanol

Porta Hermanos S.A. no tiene aprobado su Estudio de Impacto Ambiental (EIA). El presidente de la empresa fue denunciado penalmente por los vecinos por el delito de “contaminación ambiental”.

"Qué olor raro que hay, es como a panadería”, ilustra un miembro del equipo de Veintitrés no bien ponemos un pie en el barrio. Su ingenuo comentario provoca la inmediata reacción de los vecinos, quienes responden que ese olor a “panadería” es una de las principales causa por las cuales sus vidas se ha tornado un calvario. Pronto entendemos por qué. A los pocos minutos, uno comienza a sentir náuseas, ardor en la garganta y picazón en la piel. Patologías que llevan a querer abandonar urgentemente el barrio.


¿Qué genera esos olores? La destilería Porta Hermanos S.A., una empresa que desde el año 2012 produce 100 mil litros diarios de bioetanol en base a maíz, en el barrio San Antonio, ubicado al sur de la ciudad, a un costado de la circunvalación. La fábrica, que no tiene aprobado su Estudio de Impacto Ambiental (IEA), está afectando drásticamente la vida de unas 200 familias, con olores nauseabundos, efluentes contaminados y riesgos de explosión. Motivo por el cual su presidente, José Porta hijo, fue denunciado penalmente por los vecinos por el delito de “contaminación ambiental”.


“Desde el 2012 los vecinos de San Antonio, Inaudi y barrios aledaños perdimos la dignidad de vivir tranquilos. Nuestra salud y seguridad fue violentada por la empresa Porta Hermanos S.A. La calidad de vida disminuyó con los olores y vapores nauseabundos, la falta de oxígeno, y demás contaminantes que hacen de nuestras vidas un continuo calvario que transitamos con un Estado ausente y por ende cómplice”, nos explica Silvia Cruz no bien arribamos a San Antonio, y en consonancia con los otros vecinos reclama el traslado de la destiladora.

Croquis de Bº San Antonio del Nomenclador Cartográfico.
Fuente: http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar
Sus reclamos son entendibles. Por un lado, la destilería Porta Hermanos, construida en sociedad con la multinacional sueca Alfa Laval, está violando varias ordenanzas ambientales que debía cumplir según el “Aviso de Proyecto” aprobado por el municipio. Son las ordenanzas 5203 –enrarecimiento del aire–, 7104 –contaminación de flora y fauna– y 8117 –ruidos y vibraciones–. Además, según denuncian los vecinos, la planta no cuenta con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) correspondiente, con lo cual estaría violando abiertamente la ley nacional de biocombustibles –ley 26.093– que exige explícitamente su aprobación.


“La empresa no tiene los estudios de impacto ambiental aprobados. Se los reclamamos al municipio y nos dijeron que eso no lo tenían. Que sólo tenían un auditoría hecha por la propia empresa”, añade Rosa Acuña, otra vecina del lugar. Por esta razón, quizá, la destilería cordobesa no figura en el Registro Nacional de Empresas Elaboradoras de Biocombustibles, como sí figura la empresa Bio 4, ubicada en Río Cuarto, propiedad también de Porta y Alfa Laval.

Evidencias. Respecto del fuerte impacto sobre la salud que la destilería está generando en los vecinos, estos muestran las innegables conclusiones que arrojó el estudio epidemiológico “Análisis de la Salud Colectiva Ambiental de Barrio Parque San Antonio - Impacto sobre la Salud Colectiva por contaminación de una planta de Bioetanol”. El mismo fue realizado por un equipo de profesionales de la salud coordinados por el doctor Medardo Ávila Vázquez, médico pediatra, ex secretario de salud municipal, titular de la Red Universitaria de Ambiente y Salud/Pueblos Fumigados, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba y querellante en el juicio de las fumigaciones de barrio Ituzaingó.

“Nuestro diagnóstico confirma que, en la población del barrio San Antonio, se registra daño agudo y sostenido generado por contaminación química ambiental. Este impacto se manifiesta desde la puesta en funcionamiento permanente de una gigantesca planta de bioetanol a partir de maíz transgénico, en febrero del 2012. Más de la mitad de los vecinos refiere uno de cinco grupos de afecciones analizadas, y 7 de las 12 manzanas tienen todos sus hogares afectados”, concluye el informe de Ávila Vázquez.


Además, el estudio, en el cual participaron en total cinco doctores, detalla: “Es generalizada la percepción de que, a partir de febrero de 2012, el ambiente del lugar se volvió intolerable; que no sólo se acentuaron los olores penetrantes e irritantes, sino que también muchos días y sobre todo de noche, salvo cuando sopla viento sur (menos de 15% de los días), la sensación de malestar convierte en un suplicio la vida de los vecinos (…) con la puesta en funcionamiento de la factoría de bioetanol, los problemas respiratorios del tipo broncoespasmo, bronquitis crónica, sinusitis y laringo-traqueitis crónicas y persistentes, se multiplican en la población agravando cuadros recidivantes en personas atópicas o generando manifestaciones nuevas en vecinos previamente sanos. El dolor ocular, declarado como irritación corneal, ojos rojos, conjuntivitis, más cefaleas y dolor de cabeza sin aumento de la tensión arterial ni otras causas aparentes, se declaran como manifestaciones nuevas que persisten en forma sostenida con cuadros intensos que se repiten varias veces al mes; incluso algunos refieren que al alejarse del barrio para ir a trabajar ceden las cefaleas. También declaran problemas abdominales, descomposturas digestivas, náuseas y gastritis como padecimientos que se expresan frecuentemente en personas previamente sanas”.

Fuente: http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar
Peligro. Con una molienda diaria de 250 mil toneladas de maíz transgénico, la destilería de Porta puede producir 100 mil litros de bioetanol por día. A su vez, gracias a los cromados tanques provistos por la empresa Alfa Laval, puede almacenar un millón de litros de este peligroso compuesto químico. El dato no es menor. Dentro de la producción de los biocombustibles, el etanol es el componente que se mezcla con la nafta. Según su ficha técnica, además de generar enrojecimiento, dolor y quemazón en los ojos, tos, somnolencia, dolor de garganta, fatiga, náuseas y dolor abdominal, es una sustancia altamente inflamable y sus mezclas de vapor-aire son explosivas.

“Acá hay que tener en cuenta la peligrosidad que corren los vecinos que como yo tienen sus casas pegadas a la alcoholera Porta. El alcohol no se apaga con agua sino con espuma química que no hay en el país. Con lo cual, ante el menor incidente, la empresa no tiene un plan de evacuación concreto para nosotros”, advierte Luis Molina, otro vecino de San Antonio, con entendible preocupación. “Hace dos años, en México, explotó una planta de etanol”, añade Luis en referencia a una planta que estaba en la ciudad de Veracruz, cuya explosión dejó un muerto, varios desaparecidos, cinco heridos y decenas de familias evacuadas.

Beneficiados. Claro que para los vecinos de San Antonio nada de lo que ocurre es casualidad. El histórico titular de la firma Porta Hermanos es José Porta, un viejo capitán de industria cordobés, ya retirado, que tiene el casi único privilegio de haber sido ministro de Producción de Eduardo Angeloz, Ramón Mestre –padre del actual intendente– y José M. de la Sota. O sea, para ellos es una empresa con claro respaldo político.

Como prueba de ese respaldo, por un lado, están las más que beneficiosas leyes nacionales y provinciales de promoción a los biocombustibles. Una es la ley nacional 26.093, aprobada el 16 de abril de 2006, con votos del peronismo y el radicalismo, bajo la presidencia de Néstor Kirchner. Esta ley, además de fijar un cuota mínima de uso de los biocombustible –5%–, estipuló también importantes “beneficios promocionales” a las empresas elaboradoras por un plazo de 15 años. Los principales: reintegro del IVA en la adquisición de bienes de capital u obras de infraestructura; eximición del pago de la tasa de infraestructura hídrica; eximición del pago de los impuestos a la ganancia presunta, al impuesto sobre los combustibles y a la importación de gasoil.


Estos beneficios fueron ampliados con creces por el gobernador De la Sota, un año después, mediante la ley provincial 9.397, aprobada con los votos de los legisladores peronistas y radicales. En ella, la provincia le añadió: subsidios en la tarifa de energía y mano de obra, y la eximición del pago a los impuestos a los ingresos brutos, producción e industrialización y sellos. Con lo cual el negocio de los biocombustibles se hizo más que apetecible.


Por otro lado, como otras pruebas del respaldo político que tiene la destilería de Porta, los vecinos de San Antonio repasan los kafkianos laberintos burocráticos en los que se ven envueltos cada vez que solicitan un expediente o intervención al municipio (UCR) o la provincia (PJ).


La Municipalidad de Córdoba, luego de muchas vueltas, en el 2012, tras los airados reclamos y denuncias de los vecinos, terminó reconociendo que no tenía el Estudio de Impacto Ambiental de la planta que ya estaba funcionado a todo vapor. Por tal motivo, para parar la bronca, el 6 de agosto del 2012 el gobierno de Mestre, a través de la Dirección de Evaluación Ambiental, dispuso una “Auditoría Ambiental” cuyo financiamiento, increíblemente, quedó a cargo exclusivo de la empresa Porta Hermanos S.A., dado que el municipio manifestó no tener recursos para hacerla.


Para hacer esta cuestionable auditoría, la empresa Porta Hermanos S.A. contrató a Syma Consultores Ambientales que, como era de prever, no objetó el funcionamiento de la destilería, aunque alertó sobre la alta inflamabilidad que hay en el lugar, la emisión de dióxido de carbono y sus olores. Por esta razón, luego de concluida la auditoría, el municipio se negó terminantemente a facilitarles una copia del informe a los vecinos, aduciendo “falta de tinta y papel”.


“Fue una burla. ¿Cómo puede ser que la municipalidad diga que no tiene recursos y la auditoría la tenga que hacer la empresa, y que luego no nos quieran dar el informe? Nos cansamos de que se nos rían en la cara”, comenta entre carcajadas Liliana, otra aguerrida vecina de San Antonio, quien explicó que luego de varios meses pudieron acceder al informe de la auditoria a través del concejal Miguel Siciliano.


Tras ser ninguneados por el municipio, en agosto del 2012 los vecinos se dirigieron a la Secretaría de Agua y Ambiente de la provincia para solicitarle que se investigara el volcamiento de efluentes industriales por parte de Porta a la red cloacal. Alegaban que al no tener piletas de tratamiento, Porta estaba tirando sus desechos a la red cloacal, que desde el año 2012, cuando empezó a funcionar la planta, periódicamente comenzó a colapsar.


El expediente de este nuevo estudio estuvo a cargo de Carolina Capoani, una funcionaria del área, quien realizó una investigación de los líquidos cloacales donde se constató, según Silvia Cruz, la existencia de efluentes industriales que vendrían de la destiladora. Sin embargo, los resultados de esos estudios, ya concluidos, hasta el día de la fecha no han sido facilitados a los vecinos de San Antonio, y los funcionarios provinciales, entre ellos Capoani, ya no les atienden los teléfonos.


De esta manera, luego de este nuevo ninguneo, el 21 de agosto del año pasado los vecinos decidieron denunciar penalmente a José Porta hijo, presidente de la destilería, por el delito de “contaminación ambiental”. La causa cayó en manos del fiscal José Mana, un funcionario judicial que no suele incomodar al poder, y que en sus manos tiene la causa del ingeniero Arias.

Tras ello, en la misma fiscalía, los vecinos presentaron una querella contra Porta, que tampoco prosperó, y posteriormente una medida “autosatisfactiva” solicitando el inmediato cese de la producción de la planta. Medida que fue rechazada por el fiscal Mana, a quien, al igual que al municipio y la provincia, tampoco parece importarle la peligrosa situación en la cual se encuentran los vecinos de San Antonio que aun así, siempre con una sonrisa, no piensan bajar los brazos.

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