domingo, 20 de octubre de 2013

Vecinos parquizaron la cumbre del Barrio Del Mirador.

EL MILAGRO HA COMENZADO Dice la letra de una hermosa canción andina: “Todos los pueblos desde viejos tiempos viven buscando, soñando, luchando, así mi pueblo ha vivido esperando, esperando, esperando, esperando…” que un día los sueños se hagan realidad.


También en el pueblo de Sierra de la Ventana es así. Y como la belleza es su identidad, apenas hacía falta el lugar y dotar a ese espacio con bancos y mesas, canchas de bocha y tejo, arcos para el fútbol, aros para el básquet, recipientes para residuos, alguna obra de arte y con árboles, muchos árboles para sombrear las charlas en los tórridos días del verano mientras los hijos y los nietos crecen en un espacio agradable y bonito con juegos infantiles, una pista de skate y para todos una senda de salud.

También iluminarlo un poco para no tropezar en las noches, reciclar el viejo tanque para convertirlo en espejo de agua y estanque de plantas acuáticas y algunas cosas más. A medida que fue creciendo la población la necesidad de los vecinos en general y los niños, adolescentes y jóvenes en particular se hizo patente.

Hace mucho más años de los que se pueden contar con los dedos de las manos, los vecinos de Sierra de la Ventana venimos esperando ver plasmado en la realidad el proyecto Cerro del Mirador, una de las pocas vistas privilegiadas de toda la serranía con la que contamos los residentes estables y los turistas que nos visitan donde podremos expresarnos en el lenguaje propio de nuestra cultura en lo lúdico, artístico, deportivo y social.

Dice, también, la letra de la hermosa canción andina: “Deja que la vida crezca en la conciencia del mañana que ha llegado con el día nuestra hora… “ de hacer que los milagros ocurran. Y ocurrió nomás: Fue el sábado 12 de octubre. Fueron llegando de a poco, sin prisa, con la mirada limpia y la sonrisa pronta, una pala, un pincel, un balde, un niño… era la familia sumándose en la comunión de las manos que trabajan juntas porque el sueño es colectivo, le pertenece al pueblo. Cada uno aportando lo suyo; o fuerza física o donaciones o propuestas creativas o ingenio e inventiva para solucionar problemas o arte y todos, la voluntad de ser parte de la transformación sin esperar invitación especial porque nadie quiso que los años sigan pasando.

De la mañana a la tarde, unos 80 árboles encontraron tierra donde hincar sus raíces, los pinceles repartieron colores, el mate fue de uno a otro entre bromas, seriedades y cansancio, acompañando la construcción… los arcos y el aro esperan ya a los jugadores… pronto estarán los bancos para que nos sentemos a mirar las estrellas en las noches tibias y habrá flores y risas y niños jugando …y mañana … un día … los pájaros cantarán en la copa de los árboles ¡la vida late en el cerro, el milagro ha comenzado!

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