martes, 14 de mayo de 2013

Es tierra de nadie el basurero a cielo abierto en la cuenca alta del Río Sauce Grande.

Entre las localidades de Sierra de la Ventana y Saldungaray se encuentra uno de los dos basureros a cielo abierto del distrito de Tornquist.


Ubicado sobre el camino de tierra vecinal que une ambas localidades y que corre paralelo al río Sauce Grande, se esconde, a tan solo 400 metros del vital curso de agua, entre el terraplén del ferrocarril y una frondosa arboleda de eucaliptos, el grave problema de la basura proveniente de las poblaciones de Saldungaray y Sierra de la Ventana.

El predio, ausente de toda gestión gubernamental, presenta su alambrado perimetral dañado, pasando esto a segundo plano ya que su puerta de acceso permanece siempre abierta, sin seguridad alguna, tan solo con cuatro carteles ignorados, dos de ellos colgados del alambrado que hubo que levantar para poder leer y fotografiar el mensaje que expresan.  


El predio, presente de mucha irresponsabilidad social, recibe aún, por diversas vías, residuos que deberían seguir el camino del reciclado dentro de la bolsa verde o dentro de los tantos Puntos Limpios. Aquí se encuentran inmensas cantidades de botellas de vidrio, de plástico, restos de electrodomésticos, aparatos y circuitos electrónicos, metales, tambores metálicos, cañerías metálicas y de pvc, bolsas de nylon, sillas de plástico, repuestos de automotores, cartones, papeles, revistas, talonarios, bidones de agroquímicos, de aceite, envases de aerosoles, de productos de limpieza, etc.


Con frecuencia también se puede encontrar el camión que presta el servicio local de desagote de pozos negros vaciando su contenido en un sector del lugar.


Además se observan restos de ganado vacuno en descomposición. Cuero, grasa, vísceras y otros órganos se encuentran a la intemperie y a merced de animales salvajes y domésticos... y también de las ratas, decenas de ellas, habitantes frecuentes del lugar, de gran tamaño, que corren, trepan y se esconden de la persecución de un grupo de personas, muchas de ellas niños, que se divierten un sábado a la tarde matándolas con gomeras, palazos y botellazos, mediante el juego peligroso de transitar entre vidrios rotos, metales filosos y cientos de otros residuos potencialmente peligrosos para la salud.


Los vientos predominantes del noroeste empujan el humo de la quema hacia el cauce del río, hacia los campos, los cultivos, hacia las casas, las huertas, las veredas, calles y jardines de la localidad de Saldungaray, llevando hacia esos lugares las cenizas que transportan sustancias tóxicas que finalizan su viaje en los organismos de los seres vivos que allí habitan, simplemente por el hecho de respirarlas o de ingerirlas a diario con los alimentos.

Las características geográficas propias de la región hacen que este basurero presente una altitud mayor en 10 metros al cauce del Río Sauce Grande, por lo cual los drenajes naturales, tanto superficiales como subterráneos dirigen los líquidos tóxicos lixiviados hacia el curso de agua, el cual, cumpliendo su maravilloso ciclo, repartirá los elementos contaminantes que recibió, en cada uno de los eslabones del ecosistema natural, entre ellos nosotros, los humanos, los mismos que generamos el problema.


Encontrar la solución a este problema es una tarea de todos, ya que es un problema de todos. La contaminación no respeta límites geográficos ni políticos, atraviesa rápidamente regiones, se mueve libremente por los diversos estratos sociales, llegando, tarde o temprano, a todos lados.

Creemos que para lograrlo se requiere de la gestión urgente de parte de los organismos gubernamentales, de todos ellos, a nivel municipal, provincial y nacional, con las inversiones necesarias para tal fin,  junto con el compromiso profundo y genuino de que cada uno de nosotros somos responsables de los residuos que generamos en todos los lugares donde desarrollamos nuestras actividades de vida.

ONG Ambiente Comarca.

1 comentario:

  1. No entiendo como algo tan evidente, destructivo y contraproducente a la vida humana quede expuesto a la desidia de nuestros representantes, y que la comunidad no se movilice con la suficiente fuerza que obligue a que se gestionen políticas serias sobre los residuos que generamos

    ResponderEliminar