sábado, 12 de marzo de 2016

El Medio Ambiente y Coronel Suárez

Artículo extraído de nuevodíadigital.com
 
Por el Licenciado Juan Pablo Miracca (*) juanp_m@hotmail.com

Es innegable el avance de la conciencia ecológica a nivel mundial. Y si lo es se debe principalmente al encomiable trabajo de las ONGs ambientalistas que ya desde que se fundara el Sierra Club en 1892 en EE.UU. han venido pregonando los peligros que el hombre estaba creando al destruir su entorno. Hubo también pensadores que con sus escritos sensibilizaron a la opinión pública (Thoreau, Leopold, Carson, Schumacher). Más tarde documentos  realizados por científicos como “Los Límites del Crecimiento”(1972) o el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (creado en 1972)  y diversas cumbres mundiales como la de Río de Janeiro (1992) dieron un impulso sin vuelta atrás para comenzar a considerar a la ecología como algo serio.

 Recientemente la cumbre mundial del clima (COP 21) celebrada en Paris donde participaron 195 países y la Encíclica del Papa Francisco “Lautato si´” volvieron a poner sobre el tapete la urgencia y la importancia de abordar estas cuestiones con una mayor velocidad y determinación. La activista y escritora Naomí Klein, autora de numerosos libros y artículos viene manifestándose en ese sentido y su último y recomendable título “Esto Lo Cambia Todo. El Capitalismo Contra el Clima” (2015) propone incluso que los países abandonen gradualmente el actual sistema de producción y se dirijan a formas novedosas de propiedad, interacción económica y valores a fin de refundar nuestra sociedad como premisa segura no solo de supervivencia sino también de mayor libertad e igualdad.

A nivel nacional, durante los años anteriores, no se produjeron avances tangibles. Una prueba de ello fue la ley de bosques, la cual a pesar de ser desde el punto de vista jurídico intachable, no hubo decisión de aplicarla con rigor. Esto llevó a que la deforestación al día de hoy continúe a un ritmo vergonzante e incluso sea una de las causantes principales de las recientes inundaciones. Otros ejemplos que se pueden mencionar ha sido la megaminería a cielo abierto donde también se han violado normas jurídicas y se ha afectado localidades cordilleranas y arruinado el hábitat de pueblos originarios. En fin, ejemplos hay y muchos.
A nivel provincial encontramos varias cuestiones, siendo quizás una de las principales el tema de las fumigaciones con diferentes agroquímicos (a los que el Papa ha denominado como agrotóxicos a lo largo de su encíclica) los cuales podrían tener vinculación con la gran cantidad de casos de cáncer y otras enfermedades que afecta en altos porcentajes a las poblaciones rurales. No debemos olvidar que también en el 2015 la Organización Mundial de la Salud decretó como “probablemente cancerígeno” al glifosato, principal agroquímico utilizado en los campos argentinos. 

En lo referente a lo municipal, Coronel Suárez tiene sus cuestiones que resolver: quizás la más urgente y la que la opinión pública local tiene a flor de piel sea la del basurero a cielo abierto. Los reiterados incendios (intencionales o no), la no separación adecuada de los desperdicios, la falta de aislación segura de las napas de la que se sirven el agua sus habitantes y otras características hacen de este asunto un tema prioritario. Sin embargo hay más cuestiones que atender y en las cuales el municipio puede tener un papel protagónico: aplicar las ordenanzas y leyes referidas a las fumigaciones y realizar un reordenamiento territorial en cuanto a zonas de amortización alrededor de pueblos y escuelas rurales; garantizar un agua corriente con niveles más bajos de arsénico; mejorar los espacios verdes y el arbolado público, controlar permanentemente el nivel y calidad de la residuos que se generan de las principales industrias instaladas, continuar y ampliar las políticas referentes a la separación de residuos, concientizar sobre cuestiones ambientales, etc.

También hay que tener en cuenta los peligros latentes: desde la instalación de emprendimientos de fracking (a pesar de que tenemos una ordenanza que lo prohíbe), hasta muchas otras posibilidades inesperadas que eventualmente pueden presentarse como inocuas o hasta incluso aportando algún beneficio a nuestra localidad.

Por todo esto hay que trabajar y mucho. Hay que mostrar, informar, educar a nuestros chicos, y superar las políticas paliativas e incluso preventivas para ponernos a la cabeza de una tendencia inevitable y mundial. Si queremos sobrevivir y aspirar a un bien vivir debemos comenzar a generar políticas generativas. Suárez tiene la oportunidad en convertirse en un municipio verde, el cual crearía una mayor calidad de vida en sus habitantes, beneficiando su entorno  natural y productivo, facilitando incluso nuevas oportunidades de negocio como podría ser un turismo asociado a lo ecológico.

Otros países han dado pasos importantes y paradigmáticos. Tal es el caso de Alemania donde muchos de sus municipios han adoptado un  esquema basado en energías renovables (eólica y solar principalmente) con gestión comunitaria. Esto le ha permitido solucionar problemas ambientales y sociales al mismo tiempo. Otros Estados también han emprendido caminos similares (por ejemplo España e Italia por mencionar sólo 2 casos). Sinceramente creo que la oportunidad (y la necesidad) está aquí. Es solo cuestión de poner nuestros mejores talentos, que los tenemos y mucho, a pensar, debatir con generosidad y trabajar. Por nosotros, nuestros hijos y las futuras generaciones.

(*) Vecino de Pueblo Santa María. Docente. Licenciado en Ciencia Política con Diploma de Honor (UBA). Master-Trainer en Programación Neuro-Lingüística (PNL) y estudios en Economía Ecológica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario